Decepcionarles a todos ya es una rutina.
viernes, 28 de junio de 2013
3
El problema no es tener enemigos. El problema es cuando tú mismo te conviertes en tú propio enemigo.
2
Es difícil luchar contra tu propia mente. Muy difícil. Siempre trata de dejarte mal cuando menos te lo esperas y sabe exactamente como dañarte. Te hace dudar de todo y de todos. Y odio eso. Odio esos momentos de debilidad en los que me gana. Esos momentos en los que todo se vuelve negro. Lo odio.
1
Buenas tardes. Supongo que tendría que hablar esto con alguien. Pero no quería agobiar a nadie con mis estúpidos problemas. Odio contar mis problemas. Como sí la gente no tuviera suficiente con los suyos propios ¿No?
Suscribirse a:
Entradas (Atom)